Épocas medievales es el segundo volumen de la colección Historia de España que publican en coedición las editoriales Crítica y Marcial Pons con la dirección de Josep Fontana y Ramón Villares. El historiador medievalista especialista en al-Andalus, Eduardo Manzano Moreno, profesor de investigación en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, es el autor de esta obra publicada en el año 2010 con la que he disfrutado en estas últimas semanas.
El prólogo que realiza Eduardo Manzano para Épocas Medievales comienza con el siguiente párrafo:
«El título de este volumen -Épocas medievales- es deliberadamente ambiguo. Busca evitar la idea de una Edad Media uniforme y monocorde, extendida sin cambios aparentes durante cientos de años y ahogada entre guerras continuas, infinidad de reinos y cantos gregorianos. Lo que, por el contrario, se ha pretendido resaltar aquí es una perspectiva plural y cambiante de un período histórico tan complejo como apasionante, proponiendo una visión sobre estos siglos planteada desde la diversidad. El milenio largo que se desgrana en estas páginas tuvo muchos hilos conductores, muchos procesos, muchas alternativas, en fin, que escapan a la definición única de una edad monolítica y comprendida entre el esplendor de la época clásica y los vertiginosos cambios que anuncia la Edad Moderna. Hablar de épocas medievales permite relativizar así un periodo largo y difícil, nutrirlo de unos cambios a los que dichas épocas nunca fueron ajenas y de una heterogeneidad que, probablemente, sea su rasgo más acusado».
Plasmar esa heterogeneidad como rasgo muy real de este período de la historia además de mostrar que «nunca existen genealogías limpias y claras», «rupturas, entrecruzamientos o cambios predominan más que supuestos argumentos ancestrales», es uno de los principales objetivos de la obra, que además trata de ofrecer una visión de conjunto de las diferentes sociedades medievales, sus estructuras de poder, expansiones o declives de los reinos, el tratamiento de las minorías religiosas, los grados de urbanización, las diferentes consolidaciones institucionales o su articulación social. El tamaño del libro, de unas novecientas páginas incluidas las prácticamente doscientas que ocupan los apéndices, permite además una cierta alegría en las explicaciones, la cita de múltiples ejemplos a partir de documentación de la época además de tomar con cierta profundidad temas como los sistemas monetarios, economía y sistemas recaudatorios, las lenguas, las relaciones de dependencia y la violencia, o las diferentes manifestaciones artísticas que cubren la historia desde los albores del siglo V hasta los Reyes Católicos
Otro propósito muy logrado es el de otorgar la relevancia que merece al ámbito andalusí, algo descuidado por lo general en las obras de estas características. Incluso diría que aspectos especialmente difíciles de abordar y que suelen quedar algo marginadas en obras de este carácter por su complejidad, como la época de los taifas tras la fragmentación territorial del califato de Córdoba o la nueva fragmentación tras la desintegración del aparato político almohade en innumerables poderes locales, se encuentran entre las páginas más interesantes de Épocas Medievales.
Sin embargo, el atractivo fundamental de esta obra añadido a los amplios conocimientos del autor, es una escritura muy natural y de narrativa realmente viva, completamente coherente con la intención de la colección por alcanzar a un público amplio. La estructura del contenido también es atractiva y no debió resultar de fácil engranaje, pero siempre tiene como finalidad la claridad de las argumentaciones, la comodidad del lector y no perder un sentido cronológico siempre presente.
Plasmar esa heterogeneidad como rasgo muy real de este período de la historia además de mostrar que «nunca existen genealogías limpias y claras», «rupturas, entrecruzamientos o cambios predominan más que supuestos argumentos ancestrales», es uno de los principales objetivos de la obra, que además trata de ofrecer una visión de conjunto de las diferentes sociedades medievales, sus estructuras de poder, expansiones o declives de los reinos, el tratamiento de las minorías religiosas, los grados de urbanización, las diferentes consolidaciones institucionales o su articulación social. El tamaño del libro, de unas novecientas páginas incluidas las prácticamente doscientas que ocupan los apéndices, permite además una cierta alegría en las explicaciones, la cita de múltiples ejemplos a partir de documentación de la época además de tomar con cierta profundidad temas como los sistemas monetarios, economía y sistemas recaudatorios, las lenguas, las relaciones de dependencia y la violencia, o las diferentes manifestaciones artísticas que cubren la historia desde los albores del siglo V hasta los Reyes Católicos
Otro propósito muy logrado es el de otorgar la relevancia que merece al ámbito andalusí, algo descuidado por lo general en las obras de estas características. Incluso diría que aspectos especialmente difíciles de abordar y que suelen quedar algo marginadas en obras de este carácter por su complejidad, como la época de los taifas tras la fragmentación territorial del califato de Córdoba o la nueva fragmentación tras la desintegración del aparato político almohade en innumerables poderes locales, se encuentran entre las páginas más interesantes de Épocas Medievales.
Sin embargo, el atractivo fundamental de esta obra añadido a los amplios conocimientos del autor, es una escritura muy natural y de narrativa realmente viva, completamente coherente con la intención de la colección por alcanzar a un público amplio. La estructura del contenido también es atractiva y no debió resultar de fácil engranaje, pero siempre tiene como finalidad la claridad de las argumentaciones, la comodidad del lector y no perder un sentido cronológico siempre presente.
El trabajo de Eduardo Manzano me parece de un altísimo nivel pero la tarea editorial presenta alguna sombra, me refiero ante todo a errores tipográficos de los que hay constantes recordatorios en la primera mitad del volumen; cierto es que no impiden el disfrute de la obra pero también lo es que hacía años que no me tropezaba con algo parecido. Por otra parte el libro visualmente es atractivo, contiene dos apartados con fotografías en blanco y negro y en color, y el trabajo de los apéndices es realmente bueno: mapas, cronología, genealogías, bibliografía y documentos y testimonios de la época completan la obra, aunque también habría sido interesante una mayor integración de estos documentos finales con el texto mediante notas editoriales.
Épocas medievales es un fenomenal trabajo de Eduardo Manzano y me gustaría subrayar de nuevo la naturalidad y la claridad de su escritura, la comodidad en suma que encontramos leyendo esta obra.
Épocas medievales es un fenomenal trabajo de Eduardo Manzano y me gustaría subrayar de nuevo la naturalidad y la claridad de su escritura, la comodidad en suma que encontramos leyendo esta obra.
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| Palacio de la Aljafería de Zaragoza. Fotografía: Lucas Vallecillos (Fte.: National Geographic) |

