La faceta de escritor de Paolo Sorrentino (Nápoles, 1970) me era desconocida hasta hace unas semanas, pero recordaba su nombre como director y guionista de La gran belleza, una película que me impresionó y el mayor reclamo para acceder a su libro Tony Pagoda y sus amigos (Ed. Alfabia) con el que he disfrutado mucho estos días.
Tony Pagoda y sus amigos es una colección de relatos breves narrados por un cantante retirado, atento observador y dandi de traje blanco que rememora en sus formas al inolvidable protagonista de La gran belleza Jep Gambardella. La identificación entre ambos personajes en absoluto es gratuita, aunque estas breves historias tienen poco que ver con el guión de la película, más allá de ciertas preocupaciones y situaciones comunes que pueden remitirnos a alguna secuencia de La gran belleza.
Llama la atención en la lectura la perseverancia de Sorrentino en sostener un alto nivel en cada relato. Todas las historias narradas por Pagoda en este libro tienen entidad, aportan calidad al conjunto y contienen reflexiones valiosas sobre el arte, el paso del tiempo, la juventud, el desencanto, la nostalgia, los amigos... y mentiría si dijera que no las esperaba, precisamente porque esperaba espacios de reflexión en voz alta del protagonista compré el libro, pero a la vez me ha sorprendido la facilidad en la lectura y la integración de la ideas en las situaciones y escenarios que proponen los relatos. También sorprende la alegría que proporciona la lectura de la mano de la levedad y la gracia de Tony Pagoda, dueño de una sabiduría que intenta ser intelectualmente honesta de un modo informal y desenfadado. Tiene mucha razón Eduardo Chapero-Jackson cuando escribe para el excelente prólogo de la obra: «los matices que lo latino imprime en la canción del dandismo son muchos e importantes. Lo llenan de un espíritu más terrenal, más popular, más fraternal, más auto-irónico, más humanista y afectivo».
Si comentaba que la obra concede abundante espacio a la risa y la alegría, palabras éstas fundamentales en la vida que suelen quedar algo apartadas de los espacios de reflexión, también me parecen sobresalientes aquellos relatos más relacionados con la resistencia a la novedad desde la responsabilidad del día a día y el encontrar lo valioso en lo más cotidiano. Así, los relatos titulados El mago Silvan, Las bailarinas de Striptease y Mauricio Ricci me parecen especialmente inolvidables.
Tony Pagoda y sus amigos es un libro valioso y una creación de mérito. Paolo Sorrentino publicó años atrás otro libro titulado Todos tienen razón (Ed. Anagrama) también protagonizado por Tony Pagoda. Espero tener la oportunidad de leerlo en breve.

