Fragmentos y comentarios de algunas lecturas

sábado, 31 de enero de 2015

El viento comenzó a mecer la hierba - Emily Dickinson


     El viento comenzó a mecer la hierba es un pequeño libro de veintisiete poemas seleccionados entre la extensa obra de Emily Dickinson. Editado con gran cuidado por Nórdica Libros, se presenta en edición bilingüe y cuenta con la traducción de Enrique Goicolea y las ilustraciones de Kike de la Rubia. Como toda buena poesía, y la de Dickinson es magnífica, merece repetidas lecturas.





Yo no soy nadie. ¿Quién eres tú?
¿También tú no eres nadie?
¡Entonces ya somos dos!
¡No lo digas! Lo pregonarían, ya sabes.

¡Qué aburrido ser alguien!
¡Qué ordinario! Estar diciendo tu nombre,
como una rana, todo el mes de junio,
a una charca que te contempla.


I´m Nobody! Who are you?
Are you - Nobody - Too?
Then there´s a pair of us!
Don´t tell! they´d advertise - you know!

How dreary - to be - Somebody!
How public - like a Frog -
To tell one´s name - the livelong June -
To an admiring Bog!




Yo morí por la Belleza,
pero apenas estaba colocada en la tumba,
cuando uno, que murió por la Verdad,
fue tendido en un cercano lugar.

Me preguntó en voz baja «por qué había muerto».
«Por la Belleza» -respondí-.
«Y yo por la Verdad. Ambas son la misma cosa.
Somos hermanos» -dijo él-.

Y así hablamos desde nuestros aposentos,
como parientes que se encuentran en la noche,
hasta que el musgo alcanzó nuestros labios
y cubrió nuestros nombres.



I died for Beauty - but was scarce
Adjusted in the Tomb,
When One who died for Truth was lain
In an adjoining Room -

He questioned softly 'Why I failed'?
'For beauty', I replied -
'And I - for Truth - Themself are One -
We brethren, are', He said -

And so, as Kinsmen, met a Night -
We talked betwen the Rooms -
Until the Moss had reached our lips -
And covered up - our names -